No está de más dar unas pinceladas de la historia romana de la ciudad para entender el origen de esta fiesta y los numerosos restos que de ese periodo se conservan.
Esta historia se puede remontar al año 26 a. C., en el que llegó a la que posteriormente sería Gallaecia un cuerpo expedicionario romano al mando de Cayo Antistio Veto para controlar el noroeste peninsular, y estableció un campamento en el territorio de la actual Lugo en el año 25 a. C. al que dio el nombre de Lucus Augusti, probablemente en el lugar de un antiguo castro, en una campaña con la finalidad de anexionar al Imperio romano el noroeste peninsular en la época de Augusto, alrededor del año 25 a. C. Así, en nombre del emperador, Paulo Fabio Máximo funda Lucus Augusti sobre este campamento militar, y a partir del año 50 se inicia la expansión de la ciudad, con el asentamiento de población indígena de los castros próximos.
Posteriormente, la ciudad se convierte en un importante núcleo urbano, representativo de la cultura y el modo de vida romano, como se aprecia en los restos encontrados de la antigua ciudad, corresponsales a templos, piscinas, termas, monedas o mosaicos. Lucus es una palabra latina que significa 'bosque sagrado', con lo que el nombre tendría el significado de «el bosque sagrado de Augusto», aunque también podría tener un origen prerromano basado en la divinidad celta Lug.
En el siglo III la ciudad fue la capital de conventus lucensis, una de las tres entidades administrativas en que estaba dividida Gallaecia. Entre los años 260 y 325, en los inicios del Bajo Imperio romano, la ciudad se rodea de una muralla. Esta muralla de 2.266 metros coronada por 85 poderosas torres(de las que se ce conservan 71, 60 de planta circular y 11 cuadrangulares) y está documentada la existencia de un foso. Esta fortificación declarada bien Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, es la única muralla romana en el mundo que conserva íntegro todo su perímetro en la actualidad, y rodea el centro de la ciudad, la catedral, el museo provincial, la casa consistorial y otros edificios de interés.
Del Lugo romano destacamos el Centro Interpretación de la Muralla, el Museo Provincial, la Casa de Mosaicos, Centro Arqueológico San Roque, la Muralla Romana de Lugo, la Sala de Exposiciones Porta Miñá, las Termas Romanas y el puente de origen romano. En el Vicerrectorado de la Universidad de Santiago destaca el templo de Mitra y los restos de una villa romana.
El Puente Romano formaba parte de la vía XIX, que unía Lucus Augusti con Bracara Augusta, las dos capitales romanas de la Hispania noroccidental, junto con Asturica Augusta, pasando por Iria Flavia (Padrón). Fue destruido parcialmente con las invasiones bárbaras. Este puente fue objeto de varias reconstrucciones, en los siglos XII, XIV, XVII y unas últimas reformas en 2013. Además, a 14 km de Lugo encontramos el misterioso santuario tardorromano de Santa Eulalia de Bóveda. A unos 20 km en dirección Meira se halla el Castro de Viladonga, importante aldea fortificada que tuvo en la época romana su máximo esplendor.
Se conservan multitud de piezas, yacimientos romanos y mosaicos que aún en la actualidad siguen apareciendo, especialmente cada vez que se realizan obras en el casco antiguo de la ciudad.